El crimen de la dentista y educadora Martha Teresita Ch, quien le quitó la vida a sus tres hijas, podría ser causa de un trastorno del cuál varios de nosotros somos potencialmente víctimas, la tendencia a preocuparnos y predecir el futuro de manera negativa. ‘‘La ansiedad anticipatoria’’ es un trastorno presente en la sociedad moderna en menor o mayor grado, se vuelve imperceptible por el nivel de estrés que manejamos diariamente. Como es el trabajo, la obsesión por ganar dinero, la saturación de actividades que consumen nuestro tiempo, nos distraen y nos evitan identificarlo.
La ansiedad anticipatoria, es una curiosa mezcla de predicción de futuro, preocupación excesiva y profecías catastrofistas que pueden acabar dominando la vida de la persona que la sufre.
Según fuente los cuerpos de sus tres hijas fueron encontrados en el interior de una vivienda de la colonia La Colina, al poniente de Morelia. Posteriormente Martha Teresita Ch fue detenida en ese momento era la principal sospechosa del multihomicidio, ella misma ratificó su participación en el hecho, además del motivo y la manera en cómo las asesinó: para lo cual utilizó un martillo con el que las noqueó y posteriormente las asfixió con una bufanda.
Pero la razón que dio para realizar el terrible acto dejó a todos sorprendidos, La odontóloga Martha Teresita Ch. último a las niñas, Karina, Naomi y Camila de tres, cinco y siete años de edad. Lo hizo para “que no sufrieran cuando fueran grandes”.
La madre en varias ocasiones había planeado en tres ocasiones la muerte de sus tres hijas, ya que creía que al privarlas de la vida les evitaba sufrimientos que podrían enfrentar al crecer.
Su caso consternó a toda la ciudad de Morelia. El triple homicidio perturbante por sí solo, conmocionó por la percepción que todos los conocidos de Martha Teresita tenían de ella. Siempre la describieron como una mujer buena, no hubo ningún testimonio que la calificara como agresiva, la reconocían como una persona dedicada y trabajadora era dentista y maestra en un jardín de niños, se les miraba frecuentemente con las niñas, era muy amable, con la gente y con sus hijas: “Las quería mucho, muy consentidas que las tenían”, expresó una vecina. Sin embargo, este amor perturbado por su miedo al futuro se turbó al grado de matarlas.
Ahora “están muertas las niñas, me duele en el alma, que Dios tenga piedad y misericordia de su mamá; yo sé que, si lo hizo, no lo hizo en sus cinco sentidos, no se entendería, porque ella era muy amable para tratar, a mí me trataba los dientes, inclusive ni me cobraba”, siempre que acudía a la tienda, expresaba su cuidado hacia las niñas, y, si no traía a las niñas, ella de todas maneras les llevaba su chocolate o gelatina, y todo les estaba llevando siempre y nunca les dejaba sin llevarles nada”, declaró.
En el caso de Martha Teresita Ch, una mujer amorosa y responsable según lo aseguraron las personas que la conocieron, la fatalidad en la cual viraba su ansiedad anticipatoria se cumplió, ella misma la cumplió: sus hijas de alguna y otra manera terminaron sufriendo.
