Cinco agentes, uno de ellos de origen mexicano, perdieron la vida el jueves durante una manifestación contra la violencia policial en la ciudad tejana de Dallas, y cada uno de ellos deja con su fallecimiento una familia rota.
Es la peor matanza contra agentes estadounidenses desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 y fue cometida por el francotirador Micah Xavier Johnson, de 25 años y afroamericano, que quería asesinar policías blancos, indignado por las muertes esta semana de dos ciudadanos negros a manos de las fuerzas de seguridad en Luisiana y Minesota. Veterano de la guerra de Afganistán, Johnson impuso el terror en el centro de Dallas, acabó con la vida de cinco agentes e hirió a nueve personas, entre ellas otros siete policías.