Este niño que nació en Indonesia es el protagonista de hoy. Todo comenzó porque el pequeño si no le daban lo que quería, lloraba fuertemente. Los padres no soportaban su llanto, así que accedía a darle todo lo que el pequeño quisiera, entre esas cosas, fumar cigarrillo. Ardi Rizal lloraba descontroladamente para que sus padres y familiares cumplieran sus deseos; como ninguno de los familiares era capaz de soportar los berrinches de Ardi, al niño terminaban por darle o comprarle lo que quería.
Fum4r dos cajetillas o 40 cig4rrillos todos los días es algo grave para la salud de una persona adulta, ahora imagínense el severo daño que causa ésto a un niño de 2 años que siquiera tiene sus órganos totalmente desarrollados: es mortal. Pero afortunadamente, en el caso de Ardi, esto no sucedió.
Esta historia dio vuelta al mundo, y los defensores de los derechos del niño ejercieron presión sobre sus padres para el niño dejara este vicio, pero resultó que los padres de Ardi por sus intentos de dejar de fum4r, le crearon otro vicio al pequeño: la comida chatarra. Ahora sus padres comenzaron a sobornar a Ardi con comida chatarra para eliminar el vicio del cigarrillo. El objetivo inicial de que Ardi dejara de fumar, fue logrado, pero no de la manera más idónea.
Tiempo después, gracias a los grandes esfuerzos que hizo la familia en colaboración con organismos internacionales en materia de derechos humanos, finalmente Ardi ya no es un chico vicioso, nada de cigarr0s, nada de comida chatarra. Por el contrario, ahora Ardi sigue una dieta balanceada especializada por su tendencia a ser vici0so y realiza ejercicios físicos que ayudan a su salud.
Luego de haber transcurrido ocho años y luego de haber pasado por muchos cambios en su vida y en su organismo, Ardi por fin lleva una vida normal. Esta historia nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo es posible que los padres se dejaron llevar por los berrinches de un niño de sólo 2 años? Déjanos tus comentarios y comparte para que ayudes a muchos padres a reflexionar sobre esto.