Díaz Santiago fue asesinada la mañana del miércoles en el sector Alto de la Javiela por dos elementos desconocidos que desde las primeras horas de la mañana la esperaba el que saliera de su vivienda para hacerles los disparos que le produjeron la muerte.
El cadáver de la malograda educadora fue sepultado en el cementerio de la comunidad de hatillo, previo a una misa de cuerpo presente en la Catedral Santa Ana donde el sacerdote Luis Hernández llamó criminales a los que cometieron el hecho al tiempo de reclamar que se haga justicia.
“Esta muerte trágica no llama hacernos varias interrogantes, que tipo de sociedad vivimos, hacia donde nos encaminamos, cual es el valor de la vida, y el sentido de la vida, hacia donde vamos como sociedad, donde todos debemos contribuir a una sociedad más sana de respecto y valor” proclamo Hernández.
Expuso que hay que enseñarles a los cobardes, criminales, violentos y a todos aquellos que van sembrando el odio, la división y el dolor como los que les dieron muerte a la profesora Argentina, que ellos no tienen razón a quitarles la vida a un ser humano, al tiempo de pedir al altísimo porque haya una sociedad de respeto a la vida, ya que ese es el principio fundamental de toda sociedad digna.
La catedral Santa Ana se convirtió en un mal de llantos donde los educadores no dejaron de manifestar la tristeza que les embarga al ver cómo murió una mujer que supo dedicarse por completo al servicio de la educación del pueblo.
"Porque me mataron mi madre proclamó". su hija mayor, una estudiante de termino de Medicina de la Universidad Católica Nordestana a ver partir el cuerpo sin vida de su madre.
La maestra Díaz Santiago impartía docencia en la escuela Camila Henríquez del Distrito Municipal de Cenoví, donde era querida por sus compañeros y quienes subieron al púlpito para despedir en nombre de todos los profesores a quien fuera una madre y maestra ejemplar.
También la Asociación Dominicana de profesores encabezada por su presidente William Hernández se pronunció reclamando justicia ante su cadáver por donde los maestros hicieron guardia de honor.