SANTO DOMINGO. Por primera vez en la historia del Congreso de la República Dominicana, una ex trabajadora sexual ha sido elegida diputada.
Montero impulsará la creación de centros de capacitación y orientación para las trabajadoras sexuales en cada provincia del país.
Igualmente promoverá el funcionamiento de guarderías infantiles.
Montero rechaza la idea de una zona rosa en cada provincia, donde se ejerza el trabajo sexual con “la protección de la Policía Nacional”.
Considera que cada ser humano debe ser libre, ajeno de una cerca limítrofe y custodiada por equipos de seguridad.
“Queremos un nuevo proyecto: en vez de ser centros para que las muchachas ejerzan el trabajo sexual que sean centros de capacitación y orientación para ellas, para que puedan tener mejor calidad de vida y de salud”, relata Montero.
Se siente orgullosa de representar a las trabajadoras sexuales en el país, cuya cifra ronda las 200,000 mujeres.
Ella dice que velará por sus derechos en el Congreso Nacional.
Montero preside el Movimiento de Mujeres Unidas (Modemo). Modemo tiene registradas a 10,800 mujeres que se dedican al trabajo sexual.
La diputada considera que es un grupo importante que no se reconoce como tal, sobre todo en las clases altas de la República.
Montero es regidora y tiene una frase grabada en su mente que utiliza como arma de vida: “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece”.