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Moca.- La gesta del 2 de Mayo del 1861, constituye el punto de partida de la Restauración Nacional y la primera protesta armada contra la anexión a España. Los actos en el municipio de Moca fueron encabezados por las autoridades, centro educativo e instituciones civiles y militares.
El acto empezó con el izamiento de nuestra bandera nacional y el canto a la patria, frente a la gobernación civil y provincial de Espaillat, con la banda de música municipal, con la formación del ejército nacional y centro educativos.
Después desfilaron por varias calles Moca, celebrando una misa en la iglesia Nuestra Señora del Rosario, culmina continuo el desfile hasta el busto que simboliza a la gesta 2 de mayo, ubicado en Juan Jopito, donde se depositaron ofrendas florales.
Don Bernardo Rey, ayudante del general Juan Suero, comandante de armas, lee el Acto de la Incorporación a la Madre Patria el 23 de Marzo en la Villa de Moca. La bandera española sustituye la bandera dominicana. Esto fue mal visto por los mocanos y así lo demostró el coronel José Contreras cuando llegando a su casa en Juan Lopito, le dijo a su nuera el mismo día que supo de la anexión: ¡No puedo comer! ¡Tengo un nudo en la garganta! Caminó hacia Guaucy y preparó la revuelta.
José Contreras manda a comprar 200 piedras de chispas y se pasó varios días recolectando armas, preparando algunos cartuchos y reclutando patriotas para enfrentar la osadía de Santana de cercenar la independencia a cambio de un título de nobleza como el de “Marqués de las Carreras”.
Se reunieron los patriotas, unos cuarenta y cinco en Juan Lopito a las 8:00 p.m. del 2 de Mayo de 1861, subieron en tres grupos, uno por la hoy Cuesta Belliard (Pdte. Vásquez), otro por la cuesta de piedra (hoy Antonio de la Maza) y otro por la calle a La Vega (hoy José Dolores Alfonseca), llegando los tres grupos frente al cuartel militar (donde hoy está el Banco Agrícola).
José Contreras manda a comprar 200 piedras de chispas y se pasó varios días recolectando armas, preparando algunos cartuchos y reclutando patriotas para enfrentar la osadía de Santana de cercenar la independencia a cambio de un título de nobleza como el de “Marqués de las Carreras”.
Se reunieron los patriotas, unos cuarenta y cinco en Juan Lopito a las 8:00 p.m. del 2 de Mayo de 1861, subieron en tres grupos, uno por la hoy Cuesta Belliard (Pdte. Vásquez), otro por la cuesta de piedra (hoy Antonio de la Maza) y otro por la calle a La Vega (hoy José Dolores Alfonseca), llegando los tres grupos frente al cuartel militar (donde hoy está el Banco Agrícola).
Antonio Passicá se enfrenta cuerpo a cuerpo al jefe del cuartel, el capitán capellán, matándole; otros de los soldados españolizados caen heridos y otros huyen de inmediato. Los patriotas bajan la bandera española y suben la bandera dominicana en señal de victoria, luego cruzan el parque y se dirigen a la comandancia de armas o fortaleza, que estaba al cruzar el parque, donde hoy se encuentra la Asociación Mocana de Ahorros y Préstamos y allí Passicá (El moreno liberto) se enfrasca cuerpo a cuerpo con el general Juan Suero quien era el Comandante de la Plaza y en una lucha titánica Passicá cae fulminado por un pistoletazo que le hace certeramente en el pecho el General Suero. Los demás patriotas falto de pertrechos, con menor o casi ningún entrenamiento, son derrotados y hechos prisioneros.
El 18 de mayo del 1861, se realizó un Consejo de Guerra, presidido por el General de Brigada Juan E. Ariza como su presidente; Francisco Dubrei, como Secretario; el coronel Manuel J. Abreu como Fiscal y como Vocales el Coronel Juan Ciriaco Fafá, el Teniente Coronel Eugenio Vásquez, los Capitanes Agustín Mieses y José de la Cruz Henríquez.
Los acusados fueron oídos y asistidos en sus medios de defensa por Don Félix Morillo, Don José Antonio Perozo y Don José Concepción Taveras. Fueron condenados los señores José Contreras, José María Rodríguez, Juan Francisco Reyes, José Inocencio Reyes, Ceferino Cepín, Salomón Sirí, Bonifacio Gómez, Cayetano Germosén y otros, por ser cabecillas y cómplices de rebelión a mano armada que atacaron el cuartel e hirieron al General Suero y mataron al Capitán Francisco Capellán, oficial de la guardia de la Cárcel Pública. Unos fueron condenados a muerte, otros a cinco años de prisión y algunos a seis meses bajo vigilancia policial.
Los acusados fueron oídos y asistidos en sus medios de defensa por Don Félix Morillo, Don José Antonio Perozo y Don José Concepción Taveras. Fueron condenados los señores José Contreras, José María Rodríguez, Juan Francisco Reyes, José Inocencio Reyes, Ceferino Cepín, Salomón Sirí, Bonifacio Gómez, Cayetano Germosén y otros, por ser cabecillas y cómplices de rebelión a mano armada que atacaron el cuartel e hirieron al General Suero y mataron al Capitán Francisco Capellán, oficial de la guardia de la Cárcel Pública. Unos fueron condenados a muerte, otros a cinco años de prisión y algunos a seis meses bajo vigilancia policial.
Los condenados a muerte fueron fusilados el 20 de mayo a las 11:00 a.m. en la pared del cementerio donde está la estatua del 2 de Mayo en Juan Lopito. Quiero aclarar que fueron juzgados por un Consejo de Guerra y asistidos por personas autorizadas (especies de abogados) y no como algunos han señalado que el General Santana vino a Moca y personalmente ordenó el fusilamiento de los patriotas.
Según Don Gabriel García fueron ejecutados sin recursos de apelación ni gracia (en esa parte fueron condenados sumariamente); además nos dice Don José Gabriel García que Cayetano Germosén que estaba prófugo fue hecho prisionero el mismo día 20 y fusilado junto a los otros tres patriotas José Contreras, José María Rodríguez y José Inocencio Reyes, en el mismo lugar (frente a la pared del cementerio) donde se fusilaban y se enterraban calientitos para que nadie protestara.
La gesta del 2 de Mayo del 1861, constituye el punto de partida de la Restauración Nacional y la primera protesta armada contra la anexión a España. A partir de ahí se desarrollaron una serie de acontecimientos que culminaron con el triunfo aplastante de los ejércitos restauradores sobre el Imperio Español y que consolidaron la Independencia Nacional y la soberanía de la República Dominicana, cuando el Centauro de la Restauración, el General Gregorio Luperón echó a sangre y fuego a los Españoles, consolidando la Independencia Nacional.
Queremos repetir la frase de Don Bernardo Pichardo cuando dice “La epopeya canta después que pasan los héroes” Gratitud perenne a los héroes del 2 de Mayo, alabanzas eternas para este capítulo del sacrificio y del honor. Vivan los héroes del 2 de Mayo del 1861, el Coronel José Contreras, José María Rodríguez, José Inocencio Reyes, Cayetano Germosén, Antonio Passicá, entre otros.
¡Viva la República Dominicana, libre de toda potencia extranjera!